Cuando tuve la idea de este editorial no recordé que, en realidad, no se me había ocurrido a mí, sino a un amigo que reclamaba una guía sencilla para poder construir un ordenador dependiendo del uso que se le quisiera dar. Y, en realidad, no es tan mala idea. Seguramente la gran mayoría de los lectores saben montar su propio ordenador (ya ni hablamos de construirlo pieza por pieza con sus propias manos), pero puede que no sea así para todos, y nunca viene mal tener una guía práctica con consejos sobre qué ordenador montar. Este editorial, pues, clasificará los ordenadores según su uso, ya sea para una oficina, para jugar, un servidor u otras utilizaciones que requieran de una configuración especial. No se trata de dar nombres de fabricantes concretos ni de hacer presupuestos a medida: se trata de tener unos cuantos conceptos claros, primero para que no nos engañen, y segundo para no pagar más por menos. Este editorial será la guía para los no iniciados, para que estos sepan lo que pedir y cómo pedirlo, así que ya se la podéis pasar a todos aquellos que puedan necesitarla.  El ordenador, el gran desconocido Por supuesto, situaciones hay miles, y seguramente no conseguiremos resolver todas esas dudas que suelen aparecer a la hora de comprar un ordenador, como, por ejemplo: ¿mi ordenador conseguirá hacer funcionar éste o aquél programa?, ¿podré cambiar algunas piezas dependiendo del modelo o marca?, ¿qué pasará cuando mi ordenador ya no me funcione? Hay tantas posibilidades que necesitaríamos 10 editoriales como mínimo para cada una de ellas, pero intentaremos resolver las principales dudas asociadas a estos hechos. Igualmente, si tenéis cualquier duda o sugerencia ya sabéis que podéis usar los comentarios para ampliar información y naturalmente nuestro foro está lleno de casos concretos y de gente que es capaz de ayudarte en tu caso particular. El hecho de no dar datos concretos o configuraciones muy específicas para los tipos de ordenadores que vamos a construir se debe a que la información se quedaría obsoleta en poco tiempo. Por ejemplo, si alguien nos pregunta cuál es el procesador más potente para su PC de sobremesa seguramente le diremos que la gama más alta corresponde a los Core i7 de Intel, pero quizá no sea así dentro de algunos meses o el año que viene. Lo interesante es que sea cuando sea que se consulte este editorial, una persona tenga claro qué es lo que debe tener en cuenta si quiere tener un ordenador nuevo. Y a eso vamos precisamente. Aunque como es lógico, utilizaremos algunos ejemplos presentes para que las explicaciones simplemente queden más claras, así como configuraciones generales que ayuden a comprender un poco más esos extraños conceptos. Sin más preámbulos, vamos a comenzar con este editorial, en dónde no pretendemos más que dar consejos prácticos e informar, siguiendo el buen hacer del equipo de Noticias3D. Vamos, pues, con ello. Quiero un ordenador nuevo. Consideraciones previas No me imagino la cantidad de motivos que podemos tener para querer un ordenador nuevo: por capricho, porque se nos ha quedado pequeño el que tenemos, porque necesitamos uno para una tarea concreta, porque vamos a regalarlo, porque nos lo ha pedido un amigo o familiar… Los motivos, pues, quedan a cargo de cada uno. Lo que nos importa, por dónde empezar, se resumiría en la siguiente pregunta: ¿para qué vamos a usar ese ordenador?  El ordenador es una herramienta de ocio y de trabajo
Es evidente que si vamos a usar el PC para jugar su configuración no será igual que si lo vamos a tener en una oficina: ni sus características serán iguales ni el dinero que nos gastaremos en él. El segundo punto a tener en cuenta, casi tan importante como el primero, ya lo hemos mencionado de pasada: el presupuesto. Puedo querer un ordenador para jugar pero disponer de muy poco para invertir en él, con lo que se me quedará en un aparato discreto pero potente, o el ideal de todo amante del hardware: disponer de un buen margen para configurar el ordenador a nuestro gusto. Sin embargo, la regla básica del mundo del hardware es que no por gastarse más, aún pudiendo, vamos a tener un mejor producto. Y ahora que pienso, creo que esta afirmación sirve en general para casi cualquier cosa que compremos. Bien, ya sabemos el uso que le vamos a dar al ordenador y el presupuesto máximo con el que contamos, que son los dos factores determinantes para comenzar. ¿Falta algo más? Pues básicamente un sitio donde comprarlo y alguien que nos lo monte. Nosotros no vamos a dar nombres concretos ni a dar presupuestos, pero sí que os proporcionaremos algunos enlaces útiles que os podrán ayudar en esta tarea. De todas formas, si tenéis alguna tienda de confianza o si tenéis una persona allegada que os pueda ayudar en esto mejor que mejor, ya que de esta forma podréis perfilar lo que queréis, siguiendo los consejos que os vamos a dar. No se trata, pues, de que personas que no saben de informática, de repente, sepan cómo montar su ordenador ideal. Ni mucho menos. Como ya hemos dicho, este editorial trata de cómo distinguir lo que queremos de lo que no, y para ello no es necesario saber de marcas, ni de megahercios ni de gigabytes. Para que no nos den gato por liebre hay que leer y escuchar, y preguntar, preguntar mucho.  Montar un PC puede no ser tan fácil para todos
Como ya hemos dicho, tipos de ordenadores hay muchos, tantos como necesidades. Puedo querer un ordenador para uso multimedia pero que pueda usar para programar de vez en cuando, o un ordenador para jugar que use como servidor puntual de juegos o para diseñar. Bien, en este editorial no contemplaremos los casos más específicos, sino los tipos más generales de ordenadores, a saber: cómo montar un ordenador para una oficina o para ofimática en general, uno para jugar, un servidor (multimedia o de descargas), un ordenador para diseño gráfico (Autocad) o programación (o tareas de mucha demanda de CPU), y un HTPC u ordenador para reproducir contenido multimedia. Por supuesto, hay más tipos, y estoy convencido de que se os ocurrirán muchos de estos, pero los principales son los que hemos mencionado, y son los que vamos a aconsejar y desgranar. ¿Estáis listos? Pues vamos allá. Quiero un ordenador para ofimática Los propios fabricantes (de casi todo tipo de hardware) ya lo dicen: de entre todos los productos que venden, el mayor volumen se concentra entre la gama media y baja. Y esto es porque se compran muchos ordenadores para tareas convencionales como escribir documentos, navegar por Internet o mandar correos electrónicos, tareas que no requieren de una gran potencia, por lo que no requieren de hardware muy potente, por lo que no requieren de mucho presupuesto. Son los ordenadores ideales tanto para las oficinas como para personas que quieran realizar tareas básicas, ya sean personas sin demasiados conocimientos en informática como para iniciados, no importa el rango de edad. Y como ya hemos dicho, no necesitan ni ser potentes ni caros. Eso sí, tampoco hay que decantarse por componentes excesivamente baratos. Si tenemos dudas, siempre podemos preguntar para asesorarnos. Pero vayamos a lo más importante, ¿qué consideraciones debo tener en cuenta a la hora de comprar un ordenador para oficina u ofimática? Si ya sabemos el uso que le vamos a dar, antes hemos dicho que la otra consideración era nuestro presupuesto. Éste variará en función de si necesito varios ordenadores para mi empresa o un ordenador para que mi padre envíe sus correos electrónicos, pero el principio es el mismo: máquinas de potencia discreta. El presupuesto no será muy elevado, y es algo aventurado proponer uno, pero debería oscilar entre los 300 y los 400 euros (una sola unidad). Menos es sospechoso; más sería excesivo para este tipo de PC. Hablamos de sólo la torre (teclado y ratón incluidos); el monitor y otros complementos irían aparte.  Puede que tu ordenador necesite un descanso...
¿Cuál es la siguiente consideración? Pues una que también es importante: ¿compro un ordenador ya montado o por piezas? Un entendido en informática os daría esta respuesta: compradlo por piezas. Generalmente se aconseja porque sabemos lo que compramos y nos ahorramos la mano de obra a la hora de montarlo, pero hemos de pensar que no todos saben construir un ordenador, y quizá ya les sirva un ordenador ya montado. Hay fabricantes como Acer, Sony, Dell o Siemens que lanzan al mercado máquinas que se venden completas, con monitor y todo, y no requieren más que conectarlas a la corriente y encenderlas. Pueden venir bien para que no nos andemos con complicaciones, pero si queremos ampliar esos ordenadores podemos encontrar problemas, ya que suelen montar algunas piezas exclusivas que sólo el fabricante nos puede dar. Montarlo por piezas (PCs clónicos) es mejor porque son más ampliables y cualquier técnico os puede asistir si algo falla. Eso sí, si elegís esta opción al presupuesto añadidle la mano de obra, sobre todo si os lo van a montar en una tienda. Sea lo que sea que hagamos, debemos tener claro lo que nuestra máquina va a llevar dentro. Ya hemos dicho que explicar eso sería muy largo, pero aquí os dejamos unas consejos que pueden ser útiles: - Cuando en un panfleto publicitario se anuncia un ordenador, bajo su nombre vemos una serie de letras que corresponden al tipo de procesador que llevan, su placa base, la tarjeta, la cantidad de memoria RAM… Estas indicaciones las entenderán los iniciados en informática, pero más o menos suelen enumerarse en el orden que os hemos dicho. Simplemente, cuidado con las letras más grandes y que más resaltan: por ejemplo, un portátil puede anunciarse con una cantidad indecente de memoria RAM, pero, en cambio, tener poco disco duro. Hay que leer la letra pequeña. Si no sabemos de qué va el tema, preguntaremos en la tienda o a un amigo que entienda de esto. Sobre todo, decid que queréis un ordenador compensado, ya que eso es lo que prima en las máquinas que se destinan a uso ofimático, y si es necesario, preguntad cada aspecto de la publicidad, que os la expliquen.
- El procesador no tiene por qué ser muy potente, ya que hablamos de tareas de oficina, y éstas no requieren de fuerza bruta para ejecutarse. Actualmente, los procesadores cuantos más núcleos más potencia, así que no os intenten colar un ordenador con una CPU quad core (4 núcleos) si lo que vais a hacer es enviar e-mails, porque sería potencia desaprovechada. En oficina, cuantos menos núcleos mejor (más barato saldrá).
- La memoria RAM depende de la época en que nos encontremos. Actualmente, para ir bien necesitamos 2GB de RAM. Incluso 1GB para oficina podría ser aceptable. Más de 2GB es una tontería.
- Placa base. Poco importan los detalles de la placa en tareas de oficina. Nos interesa que sean placas base con todo integrado, incluida la tarjeta gráfica y el audio, y que consuman poco. Actualmente, las basadas en AMD son las mejores en este sentido. Si estamos montando un PC por piezas, pedid una placa con gráfica integrada y que sea microATX, ya que éstas suelen ocupar menos espacio, consumir poco y calentarse menos, por lo que podremos optar también por una caja pequeña.
- Fuente de alimentación. Si no es genérica y es eficiente, mejor. En este aspecto, las fuentes si son de marca suelen ser más buenas, aunque en tareas de oficina basta con que sea una fuente silenciosa, así que ir mejor a por este aspecto. Actualmente, con 400W sobra para un ordenador de uso ofimático.
- Periféricos. Hay preferencia por los teclados y ratones inalámbricos, pero basta con que sean baratos. Si el PC va a estar en nuestra casa, los dispositivos sin cables son más cómodos, pero si está en un despacho quizá mejor con cable, ya que las tareas que realicemos no requerirán ausencia de cables, y además nos ahorraremos el recambio de las baterías cada cierto tiempo. Por otro lado, la elección de la pantalla pasa por escoger una que sea LCD, aunque aconsejamos no menos de 17 pulgadas y una marca baratita ya estaría bien; no necesitamos lo último para ver documentos. Si necesitamos otras cosas, como Wifi, impresoras o escáneres, lo podemos añadir al presupuesto final. En ese caso, fijémonos en las prestaciones, y preguntemos si nos asaltan las dudas.
A grandes rasgos, nos tendría que salir un ordenador bueno y actual por no mucho dinero, ideal para tareas cotidianas. Eso sí, si lo que queremos es jugar, mejor pasemos al siguiente apartado. Quiero un ordenador para jugar Si lo que estamos buscando es un ordenador para viciarnos de forma descarada es que ya sabemos que el PC puede ser una buena plataforma de juegos, y eso implica ciertos conocimientos de hardware que seguramente ya tenemos. Con frecuencia, los que tienen el PC para jugar ya entiende algo de informática, pero nosotros vamos a los que no saben tanto, o sólo desean unas cuantas indicaciones o consejos a la hora de escoger sabiamente. Para jugar, los componentes van a ser lógicamente más caros, y esto es debido a que los juegos son los programas que suelen pedir más potencia a un ordenador. Es decir, que cuanto más buenos sean los gráficos, más máquina vamos a necesitar, y en compensación, más procesador, más RAM, etcétera. Aquí, el principio que hemos enunciado antes, gastar más no significa tener lo mejor ni lo más adecuado para nosotros, es lícito también en este caso. Por eso, conviene tener más o menos claros los conceptos que antes hemos enunciado, y el primero de todo es disponer de un presupuesto límite. Un ordenador para jugar puede oscilar de 800 a 1.000 euros para arriba, pero más de 1.800 quizá sea excesivo, si bien cada uno impone su límite, claro está.  Fans del PC, uníos
Comencemos por el procesador. Debemos tener claro que debe ser bastante potente, pero tampoco es necesario que sea el último modelo. Hoy en día los Gigaherzios, es decir, la potencia de salida de una CPU, no es tan determinante como su memoria caché interna, la cantidad de instrucciones que pueden manejar, su número de núcleos, etc... Es cierto que dentro de la misma familia la diferencia más importante son los Mhz, pero no fuera de ahí. También es cierto que actualmente pocos juegos saben aprovechar más de dos núcleos de una CPU. Así que seamos impermeables a panfletos que hablen de Gigaherzios o núcleos, porque pueden inducir a error. Buscamos un procesador de gama alta, no de gama extrema, así que eso es lo que debemos preguntar. Como ya sabréis, Intel y AMD son las dos opciones más conocidas. Hay modelos para PC de escritorio para todos los gustos y preferencias, y es determinante escoger uno u otro fabricante, ya que el resto de componentes irán en función de esta primera elección. Naturalmente, las cosas pueden cambiar, pero en la actualidad Intel fabrica los procesadores con más fuerza bruta y mayor poder de modificación (overclock), mientras que AMD hace las CPU más adaptativas en cuanto a consumo y baja temperatura (y más baratas, todo sea dicho de paso). Podríamos entrar en debates de cuál es mejor, pero seamos prácticos: ambas marcas son buenas, y elegir una u otra, dentro de la plataforma que montaremos, es una cuestión de preferencias personales (experiencia previa con ese fabricante, etcétera). Con esto decimos que si hacemos un PC con AMD, los componentes estarán compensados para esta marca, y lo mismo pasará con Intel. Si comparamos plataformas entre sí seguramente una ganará sobre la otra, pero nunca son diferencias abismales, sobre todo si comparamos las mismas gamas de procesadores. Las CPU inferiores a 100 euros podrían considerarse de gama baja o media-baja. Entre 100 y 250 euros tendríamos la gama media y media-alta, y más allá de esos precios son las CPU extremas, bastante inalcanzables para la mayoría de bolsillos, aunque tenemos asegurada la fuerza y la potencia (aunque un consumo un poco más elevado y, según como, innecesario). Los procesadores de gama media-alta ya son más que suficientes para montarse un PC para jugar y que no se produzca el famoso "cuello de botella" con la gráfica. Si ya hemos seleccionado el procesador, el siguiente paso es la placa base, que se adaptará a si hemos cogido AMD o Intel. Los fabricantes en el apartado de placas se lucen con sus promociones, y los nombres suelen confundir más que guiar. Además, cada uno utiliza una terminología específica para indicar que sus placas son de gama baja, media o alta. Lo que más nos interesa de una placa es su chip (o chipset), que es el que gestiona toda su potencia, y el resto son añadidos. Actualmente tenemos tres montadores de chipsets importantes: Intel, AMD y NVIDIA. Intel suele presentar los chips más fuertes, mientras que AMD dispone de los de mejor consumo, y NVIDIA son minoritarios, pero suelen estar preparados para la instalación de varias tarjetas gráficas (los otros también pueden hacerlo, por eso). Recomendamos preguntar por el chipset de la placa base para cerciorarnos de su calidad, ya que el resto de componentes entran en compensación con este aspecto: cantidad de memoria RAM soportada, consumo general, etcétera.  Un ordenador siempre da problemas
Y hablando sobre memoria RAM, es el otro aspecto básico. Actualmente con 2-4GB debería bastar, aunque no sabemos lo que pasará en el futuro, cuando los sistemas de 64 bits se impongan. Si han pasado 10 años desde la fecha de publicación de este editorial y estas leyendo estas líneas, te recomendamos que preguntes cuál es lo recomendado en cuanto a cantidad de RAM. Lo que no va a cambiar es el tema de latencias, ya que no suelen ser muy importantes, excepto si vamos a hacer overclock o a forzar estas memorias. La velocidad de la memoria es otro aspecto a tener en cuenta. Hoy en día 1.066 Mhz de DDR2 sería algo normal (o 1.333Mhz de DDR3), aunque si buscamos lo último para jugar quizá nos interesen memorias más potentes, aunque ya decimos desde ya que la diferencia con respecto a modelos de “inferior” potencia es tan ridícula que no compensa el gasto. Llegamos a la tarjeta gráfica, el apartado más importante dentro de los PCs para jugones. Elegir la más potente es fácil: siempre es la más cara. Pero, naturalmente, no es necesario irse a ésta para obtener el mejor rendimiento, o una correcta relación calidad-precio. Podríamos estar días, meses y años discutiendo qué gráfica es mejor que otra, sin que se llegara a una conclusión clara, ya que hay factores como las preferencias personales que influyen en la elección. Es cierto que en la actualidad la gráfica más poderosa es la invicta NVIDIA GTX295, pero no es necesario llegar a ésta para ser feliz. Tenemos opciones más económicas e igualmente buenas. Primero de todo, tenemos que ser conscientes de que con una gráfica basta; las soluciones duales o triples son un exceso de calor, consumo y dinero que es innecesario. Lo segundo, es saber a qué resolución vamos a jugar, y eso lo sabremos consultando la resolución de nuestro monitor (si también vamos a comprarlo, lo preguntamos). Si, por ejemplo, tenemos una resolución de 1280 x 1024, compraremos una tarjeta hasta los 150 euros aproximadamente; por encima de esta resolución tendríamos hasta los 300 euros. Más allá de este precio, hablamos de tarjetas para resoluciones de 1920x1200 o superiores, y como monitores de tantos píxeles no son tan comunes, tampoco lo es que adquiramos estas gráficas (o bien soluciones duales o triples). Por eso, pregunta por una gráfica dependiendo de la resolución, con un presupuesto máximo siempre en mente. Evidentemente, escoger entre los dos fabricantes estrella, ATI o NVIDIA, va a elección de cada uno.  El PC para jugar es siempre el más caro y complejo
Por último, la fuente de alimentación es también clave. Como los componentes de este ordenador son más potentes, también consumen más, por lo que deberemos estar holgados en cuanto a potencia. Cuidado, porque la fuente no sólo es la potencia total que alcanza, sino su eficiencia energética. Recomendamos fuente con la certificación 80+ como mínimo, que aunque sean un poco más caras contribuyen a que el gasto energético sea más coherente. Por otro lado, nada de fuentes genéricas. El resto de componentes, como los periféricos, los dejamos a la elección de cada uno, ya que no influyen directamente en el rendimiento final de un PC para jugar. Igualmente, si queremos obtener rendimiento extra, podemos optar por discos duros SATA 2 a 7.200 revoluciones (que es lo normal hoy en día), y si sabemos hacerlo, disponerlos en modos RAID (varios discos duros trabajando al mismo tiempo). También podemos optar por discos SSD, pero hoy por hoy tienen un coste muy elevado y no compensan el gasto. Quiero un PC servidor Un servidor es un ordenador que se quedará encendido las 24 horas del día (o mucho tiempo) y ofrecerá un servicio determinado a todos los ordenadores que estén conectados a él. La principal característica de los servidores es que se adaptan a las necesidades de aquello que deben servir. Por ejemplo, si necesito tener conectados 50 ordenadores en red y debo vigilar lo que hacen todos y que no se les cuelen virus y, además, debo hacer copia de seguridad de sus configuraciones, nos interesará un servidor relativamente potente para procesar todas esas tareas, mientras que si quiero uno para descargar de Internet y que esas descargas estén disponibles para todos los miembros de una red doméstica, entonces con un ordenador sencillo tendremos más que suficiente. Así que la pregunta de "para qué quiero el ordenador" vuelve a plantearse aquí, y la respuesta determinará nuestra elección. Para una red doméstica montada en nuestra casa con dos o tres ordenadores, un servidor puede usarse para descargar, para hacer copias de seguridad, para concentrar en él todo el correo electrónico, para vigilar a algunos de los PCs conectados a él, puede hacer de firewall… Incluso si queremos que haga todo esto a la vez no será necesario un ordenador potente, ya que hablamos de muy pocos equipos y de la utilización aceptable de recursos del sistema. Es más, podemos usar piezas viejas y montar un aparato a base de retales. Eso sí, lo que debe ser imprescindible es que la fuente sea buena, más que nada porque estará encendido mucho tiempo, y eso requiere una buena eficiencia energética. Es mejor que la placa base lo tenga todo integrado (sonido, gráfica, tarjeta de red…), para que debamos instalar el menor número de componentes adicionales (un teclado y un ratón, y un monitor sencillo para ver lo que pasa). El procesador que sea de bajo consumo (podemos informarnos sobre esto, ya que fabricantes como AMD sacan CPUs de bajo voltaje que son ideales para este tipo de ordenadores).  Un servidor no tiene por qué ser tan complejo...
Si tenemos que encargarnos de más tareas y de más ordenadores, además de hacer copias de seguridad regulares, nos interesarán ordenadores más potentes para cumplir nuestros objetivos. En estos casos, la oferta se adentra en el terreno más profesional, y es mejor que nos pongamos en manos de gente experta que pueda asesorarnos, ya que un servidor puede variar su hardware en función del uso que vaya a tener. Generalmente, si son aparatos que dan servicio a muchos ordenadores, es conveniente que tengan un buen procesador (los cuáles dispongan de modos de bajo consumo cuando no estén a plena carga), mucha memoria RAM y placas base que sean estables y eficientes, además de una fuente de alimentación en condiciones que pueda mantenerse funcionando las 24 horas del día sin que haya contratiempos, incluidas fuentes de alimentación redundantes (dos en una que permiten que el equipo siga funcionando aunque se estropee una de ellas). Además de eso, si queremos una fiabilidad absoluta y no podemos permitirnos que nuestro servidor se caiga por cortes de luz, deberemos invertir en algún sistema de alimentación ininterrumpida (SAI), que asegure la confiabilidad de nuestro servidor. De igual forma, hay tareas que demandan CPU, otras RAM... o incluso otras disco duro. Por eso es tan importante ser muy específicos a la hora de decir qué queremos y para qué lo queremos. Tenemos claro que si nuestro servidor realizará tareas de mucha demanda de memoria, colocaremos tanta memoria como podamos, y que para cantidades superiores a los 3,5GB requeriremos de un sistema operativo de 64 bits (que puede ir desde el XP 64 profesional o Vista 64 bits, hasta Windows Server 2003/2008 o Ubuntu 64 bits, entre otros tantos), ya que estos soportan estas cantidades ingentes de RAM. En cambio, si nuestros programas tiran mucho de disco duro, puede que nos interesen no sólo modos RAID (discos duros trabajando en paralelo) en sus diferentes versiones (0 para aumentar el rendimiento, 1 para crear copias espejos automáticas, etcétera), sino discos duros nativos de alta velocidad, tipo Velociraptor (discos de 10.000 rpms -los normales son a 7.200- de la marca Western Digital) o bien discos SAS (para ámbitos profesionales, son los discos más rápidos y pueden alcanzar las 15.000 rpms). Así, podemos pedir un presupuesto teniendo en cuenta los aspectos anteriormente citados, y los expertos podrán asesorarnos al respecto. Comentar que Intel y AMD disponen de gamas de procesadores exclusivos para servidores, y que hay placas base capaces de albergar dos o más procesadores, pero este tipo de hardware es muy específico y puede que no sea necesario para lo que buscamos. Consejo final: Ponte en manos de profesionales si quieres un servidor complejo; si es para una red doméstica, no necesitas mucha potencia. Montar un PC para diseño multimedia, diseño gráfico y programación Naturalmente, son propósitos distintos, pero estos tres tipos de PCs comparten algunos aspectos comunes. Por regla general, los diseñadores suelen usar los ordenadores para varios programas concretos, pero no hacen un uso intensivo de las características del mismo. Este uso específico obliga a que el ordenador pueda manejar dichos programas con solvencia y sin fallos, no siendo tan importante en el resto de aspectos. Software de diseño gráfico y diseño multimedia hay muchos, pero su característica general es que usan mucho procesador, y que cuantos más núcleos tengan mejor, dado que las versiones más actuales de estos programas están muy optimizados para un uso multinúcleo. Así, es importante adquirir un buen procesador, memoria RAM adjunta (no hay que ir justos tampoco pero no es necesario poner demasiada), una placa con un chipset moderno (tampoco tiene que ser lo último) y una gráfica de gama media. La gráfica ayuda en la edición de vídeos en muchos casos, y también en la creación de gráficos vectoriales como Autocad, y ésta debe empezar a ser potente si exigimos mucho de estos programas. Existen, además, gráficas de uso profesional, como las Nvidia Quadro, pero no son necesarias excepto que se programen videojuegos o aplicaciones gráficas muy exigentes de carácter profesional. También es bien sabido que los Macintosh son ordenadores muy buenos para el diseño en general.  El PC dedicado al diseño multimedia puede ser como los demás
Para diseño multimedia y edición de vídeo necesitaremos un ordenador potente de verdad. La gráfica puede ayudarnos en la descompresión de vídeo, pero sólo si dispone de esta función. Si no la tiene, deberemos adquirir una tarjeta descompresora de vídeo, específicamente diseñada para estos casos. Por el resto, un procesador multinúcleo, bastante memoria RAM, una placa con posibilidades de expansión (puede que necesitemos diversas tarjetas, como la propia descompresora, tarjetas de sonido, etcétera) y periféricos adecuados a nuestras necesidades (un monitor grande, una tableta digitalizadota, etcétera). Hay que destacar que todo esto estará relacionado, y directamente vinculado, con el monitor que tengamos, pues los diseñadores dan gran importancia al tipo de pantalla, y eso hace que el resto del hardware dependa de ello. Mejor informarnos del tipo de monitor que queremos/queremos tener y el resto de componentes irán en función de ello. El ordenador diseñado para la programación no es muy común, ya que en teoría cualquiera sirve para adentrarse en eso de picar código, pero una característica que debería tener es un procesador fuerte y suficiente memoria RAM para que el sistema actúe con solvencia y estabilidad. Aquí las características de la máquina son muy ambiguas, porque dependen mucho del uso, casi más que cualquiera de los tipos fijados. En todo caso, los elementos que hemos dado servirían para montar un ordenador para los fines propuestos. Consejo final: Hay muchos tipos de configuraciones para los PC de diseño y programación. Pregunta si tienes dudas. Quiero un HTPC o un barebone Aunque no significan lo mismo, ambos tipos de ordenador se pueden utilizar para análogos fines. El HTPC (Home Theater Personal Computer) es un ordenador convencional introducido en una caja que lo hace parecer más un DVD de sobremesa o un amplificador convencional que un ordenador. Por su parte, un barebone es un pequeño ordenador que ya viene ensamblado de fábrica con una placa base, por lo que sólo necesitamos un disco duro, memoria RAM, procesador y los dispositivos de entrada que queramos. El barebone suele ser pequeño, de diseño exclusivo y poco propenso a las ampliaciones de hardware, dado su limitado espacio. Un HTPC suele usarse como reproductor exclusivo de contenido multimedia, y se suele ubicar en un salón o sala de estar junto a nuestra televisión. Esta máquina también debe montarse según nuestras necesidades, pero hay ciertas características que comparten todos los HTPC, como que sea silencioso, que su caja sea plana y ancha, que incorpore mando a distancia por infrarrojos o bluetooth y salida para audio multi canal. También puede incorporar una pantalla LCD en la caja para que nos muestre distintos tipos de información, capturadora de televisión (o sintonizadora de TDT), así como diversos programas para que la navegación con mando a distancia y la reproducción de contenidos sea fácil y podamos tener organizada nuestra biblioteca multimedia, entre otros detalles.  Los HTPC son famosos por sus múltiples conexiones
Las placas base para HTPC suelen tenerlo todo integrado, y disponen de unas características parecidas a las de un ordenador de oficina: desde la integración (VGA, sonido, etcétera) hasta el factor de forma (o tamaño, generalmente micro ATX). Sin embargo, algo que ya comienza a ser imprescindible para cualquier HTPC es que tenga salida HDMI, para hacerlo compatible con los estándares de hoy en día, así que si la placa base que escojamos posee esta salida, o si no la tiene pero compramos una gráfica de bajo consumo con HDMI, estaremos aumentando las posibilidades del HTPC. Esto será necesario siempre y cuando nuestra televisión disponga de esta entrada; en el caso de que no fuera así, deberíamos ver de cuáles disponemos (VGA, vídeo por componentes, etcétera) y adaptarnos a eso. Por ejemplo, actualmente todas las televisiones disponen de una entrada VGA (o D-SUB), un tipo de salida que tiene cualquier placa base con gráfica integrada. El procesador debería ser uno que nos permitiera reproducción en Alta Definición sin cortes (incluida reproducción 1080p, siempre que nuestra TV la soporte, si no entonces dará igual) sin que con ello se hunda el rendimiento del resto de la máquina. Para eso no necesitamos un procesador de 4 núcleos, pero uno de bajo consumo de 2 núcleos puede hacernos el servicio. La cantidad de RAM será la convencional (ni mucha ni poca) y la capacidad del disco duro (o discos) que incorporemos será directamente proporcional a la necesidad de almacenaje, así que eso ya depende de nosotros. Por estructura, algunas cajas admiten un sólo disco duro, o dos, o sólo una unidad óptica, por lo que todo irá en función también de la caja que escojamos. Detalles como el panel LCD, un lector de tarjetas o un mando a distancia irán a gusto del consumidor. Y ya que el silencio es también una característica de los HTPC, quizá sea conveniente cambiar el disipador de serie del procesador por uno de perfil bajo (pequeño tamaño), poner ventiladores silenciosos dentro de la caja, o bien no poner si no son necesarios. Pasando al barebone, ya que este tipo de ordenador viene pre-ensamblado, las características son muy variables. Un barebone se puede usar como HTPC, pero también como pequeño servidor, por ejemplo. En este caso, tenemos las opciones limitadas, y a menos que nos lo regalen o lo requiramos para algo en concreto, no aconsejamos los barebones precisamente por sus limitaciones técnicas y de espacio, lo que puede dar lugar a que no se puedan reemplazar algunas de las piezas en el caso de que se averíen, o bien que estemos sujetos a un determinado tipo de hardware porque ya viene ensamblado así de fábrica. Consejo final: Un HTPC mejor si es pequeño, plano, silencioso y de bajo consumo. Configuraciones básicas En principio no íbamos a incluir este apartado, pero creo que queda más claro todo lo que hemos comentado si acompañamos cada tipo de PC con una configuración muy básica a modo de ejemplo. No se trata de dar marcas concretas, entre otras cosas porque darlas no es lo importante, sino de informar sobre cuál sería la mejor configuración en el caso de que quisiéramos un ordenador de los que hemos citado. Por eso, y a riesgo de que estas configuraciones no sirvan más adelante, las damos porque aunque pasen de moda, el concepto es el mismo, y siempre podrán servir de ejemplo. Finalmente, comentar que vamos a dar un dos configuraciones por tipo de ordenador, según sea de Intel o de AMD. Comencemos.  Marcas, marcas, marcas...
Ordenador de oficina. Intel: procesador Intel Pentium D, Celeron, Pentium Dual Core o Core 2 Duo (estos del modelo e1200 al e6400), placa base con todo integrado la cual lleve un chipset comprendido entre el G965 y el Q45 (el nombre del chipset debe llevar una Q o una G, no una P, que son los de gama alta y, por lo tanto, innecesarios para oficina), 2GB de memoria RAM DDR2 a 800MHz, disco duro entre 80 y 250GB (dependerá de lo que tengamos que guardar, pero los documentos no ocupan mucho), fuente de alimentación entre 350 y 500W (a poder ser que no sea genérica), ventilación de serie, caja genérica con panel frontal con USBs. Teclado y ratón a convenir (pueden ser inalámbricos si queremos). Monitor de 17 ó 19 pulgadas. AMD: procesador Athlon X2 (de 3200 a 5600) o gama Sempron, placa base con todo integrado y que tenga un chipset comprendido entre el 690 y el 790GX, 2GB de memoria RAM DDR2 a 800MHz, ventilación de serie y caja genérica. Periféricos, monitor y fuente de alimentación con la configuración de Intel. Ordenador para jugar. Intel: procesador Intel Core 2 Duo (normal - modelos de e6550 a e8600- o extreme -X6800 ó X6900-), Core 2 Quad (normal –de Q6600 a Q9650- o extreme –de QX6700 a QX9775-) o Core i7 (920, 940 o 965 Extreme), placa base con chipsets P45, X38, X48 o X58, 2 o 4GB de RAM DDR2 a 1.066MHz o DDR3 a 1.333MHz (o superior), disco duro entre 160GB y 1TB (depende del almacenaje; opcional sería un disco duro SSD o Raptor para aumentar el rendimiento), fuente de alimentación entre 500 y 1000W (dependiendo de la configuración gráfica), tarjeta gráfica Nvidia (entre 8800GTS de 512MB a GTX 295) o ATI (entre HD3850 y HD4870X2), monitor entre 19 y 24 pulgadas (o bien ordenador conectado a una televisión Full HD). Los periféricos pueden variar según el uso. También podemos incluir grabadoras de DVD o Blu-ray, esto ya dependerá de lo que queramos. AMD: procesador AMD Athlon X2 (de 5600+ a 6400+), Phenom X3 (de 8400 a 9100e), Phenom X4 (de 9500 a 9900) y Phenom II (X3, o bien modelos X4), placa base con chipset AMD 570X, 580X, 790FX, 790X y 770. El resto de componentes siguen los mismos parámetros que con la configuración de Intel. Recordar que si queremos dos tarjetas gráficas (configuraciones SLI y Crossfire) debemos asegurarnos que la placa soporta esta función y que tenemos una fuente de alimentación solvente de mínimo 650W. Servidor. Intel: la configuración de servidor es muy variada, pero los fabricantes de CPUs disponen de procesadores exclusivos para esta tarea. Intel posee su gama Xeon, y recomendamos del Xeon Dual Core en adelante (aunque son procesadores caros, y que deben ir en consonancia con los demás componentes del equipo), placas base adaptadas al procesador (hay algunas que pueden albergar más de uno), 4GB de RAM en adelante, fuente de alimentación de 600 o 700W y de alta eficiencia energética, varios discos duros (probablemente o de alta velocidad o bien conectados en modo RAID). Los periféricos son escasos aquí, únicamente para tener un control directo sobre el sistema, así que no son importantes. Tampoco lo es la gráfica (que puede ser integrada). AMD: posee sus procesadores Opteron para servidores, y nos constan los modelos Opteron de Segunda Generación y Opteron de Tercera Generación en cualquiera de sus vertientes. La placa también debería corresponderse a estos procesadores. El resto de consideraciones se asemejarían a las mantenidas en la configuración de Intel. HTPC y barebone. Intel: se recomiendan procesadores equivalentes a los dados para PCs de oficina. Las placas base también pueden ser las mismas, haciendo especial hincapié en las que poseen gráfica integrada y salidas VGA, DVI y HDMI (sobre todo si nuestra televisión dispone de estas entradas). Asímismo, necesitamos un disco duro cuyo tamaño dependerá de lo que queramos almacenar, lector o grabador de DVD o BD a nuestra elección, fuente de alimentación muy silenciosa, 2GB de memoria RAM, y una caja “tipo HTPC” con lector de tarjetas y conexiones frontales de audio (y USB). Puede ser que la caja ya venga con una fuente de alimentación, pero mejor si la montamos aparte. Si queremos una correcta reproducción de contenido HD (Alta Definición), podemos incorporar una gráfica que ayude, como las de la gama baja de las series de Ati HD 3000 y HD 4000. AMD: sigue la misma tónica que con Intel. Además de esto, AMD saca ahora placas base con SidePort, es decir, que la gráfica integrada dispone de memoria interna dedicada sólo a ella (es decir, no comparte la memoria RAM del sistema). En esos casos, no sería necesario gráfica adicional, pero si no tuviéramos SidePort o quisiéramos jugar, siempre podemos incorporar una. Son comunes las tarjetas de perfil bajo, para que quepan en las cajas. También son comunes los mandos a distancia (la marca iMon hace unos excelentes), las tarjetas Wifi (que pueden ser adaptadores Wifi por USB) y otros complementos, siempre a criterio del usuario. NOTA: Los barebone, como ya dijimos, son cajas que ya llevan algún componente preinstalado, normalmente la placa base, lo que ya limita nuestros movimientos. Es probable, pues, que dicha placa sea para una gama de procesadores concreta de AMD o Intel, por lo que estaría bien informarnos antes (preguntando o mirando en la página del fabricante) ver qué posibilidades tenemos. Los barebone pueden salir muy baratos en comparación con los HTPC, pero hemos de estar muy seguros que aquello nos va a ir muy bien y que no necesitamos nada más. Por el resto, se configura de la misma manera que los otros ordenadores descritos, pero empezando por la placa base, y de ahí en adelante el resto de componentes. |
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